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El modelo de economía lineal en el que tomamos los recursos de la naturaleza, fabricamos los productos y transformamos en desechos está llegando a su fin para ser ocupado por la economía circular. Este nuevo paradigma que está siendo impulsado por la digitalización y las nuevas tecnologías, persigue cerrar los ciclos de producción mediante la optimización de los recursos para avanzar hacia modelos más sostenibles.

La economía circular es un sistema de aprovechamiento de recursos que busca:

  • Minimizar la producción al mínimo indispensable y apostar por la reutilización de los elementos que por sus características o propiedades no pueden volver al medio ambiente.
  • La utilización de materiales biodegradables en la fabricación de los bienes de consumo o en los casos en que esto no sea posible, utilizar materiales eco-friendly para reincorporarlos nuevamente al ciclo de producción.

En este sentido, la industria del frío tiene mucho que aportar. Por un lado, como indica AEFYT, se trata de un sector que es gran consumidor de energía y en los últimos años ha logrado avanzar muchísimo en materia de eficiencia energética; y por otro lado, el gran esfuerzo de renovación que se ha hecho con la eliminación de los gases refrigerantes de alto Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA), reduciendo así la emisión de gases de efecto invernadero.

La recuperación de la economía post-Covid dependerá en gran medida de la modernización del sistema energético, la digitalización del sector y del desarrollo de una economía circular que fomente sistemas de producción más sostenibles.

Por ello, la refrigeración industrial se presenta como un factor clave con el que hay que contar para la recuperación verde, debido a su gran capacidad para influir en los objetivos de sostenibilidad de industrias como la alimentaria o la medicina, claves para el desarrollo económico y social actual.