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La refrigeración es imprescindible en nuestra vida diaria, ya que dependemos de ella para conservar los alimentos, controlar la temperatura de los espacios y adaptarnos a un mundo globalizado cada vez más exigente. Sin embargo, la mayoría de los refrigerantes utilizados en la actualidad son altamente perjudiciales para el medio ambiente y la atmósfera, lo que plantea muchos desafíos para los fabricantes, distribuidores y usuarios finales. ¿Qué medidas debemos tomar para abordar esta situación?

Una estrategia clave es utilizar gases refrigerantes que tengan el menor impacto posible ambiental posible. Se está investigando en el desarrollo de refrigerantes naturales más sostenibles, como el R290 o CO2, que presentan un menor impacto ambiental. Además de esta ventaja, estos nuevos gases ofrecen otras mejoras, como una mayor eficiencia energética y la reducción de emisiones directas, gracias a sus propiedades termodinámicas.

Las empresas que fabrican equipos de refrigeración y gases refrigerantes pueden contribuir a mejorar la calidad de sus productos, utilizando mejores materiales de fabricación, procesos de producción más sostenibles y rediseñando sus equipos de refrigeración para minimizar su impacto ambiental. La norma ISO 14001:2015 es la certificación encargada de recoger la importancia creciente de la gestión ambiental durante los procesos de negocio en las empresas.

Por su parte, los técnicos, las empresas de mantenimiento y reparación de equipos de refrigeración deben aplicar prácticas adecuadas para prevenir fugas y evitar la liberación intencional de gases al medio ambiente. De esta manera, se pueden minimizar los daños al medio ambiente y garantizar un uso sostenible de la refrigeración en nuestra vida diaria.